De Idea a proyecto de negocio: ¿Cómo hacerlo viable?

Maricel Díez

De Idea a proyecto de negocio: ¿Cómo hacerlo viable?

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Cualquier persona que se haya propuesto emprender un proyecto de negocio se habrá dado cuenta de las múltiples trabas que surgen en su camino: burocráticas, de recursos, organización… Muchas veces los emprendedores tiran la toalla antes de poder haber iniciado el proyecto o incluso lo han tenido que dejar después de invertir gran cantidad de tiempo y muchas veces también de dinero y recursos. Hay otros casos en los que las personas simplemente se bloquean y no saben el rumbo que tiene que seguir y cómo evolucionar con su proyecto.

No somos estadistas, pero en casi 10 años de emprendimiento, nosotros mismos nos hemos visto en momentos duros, situaciones críticas en las que hemos tenido que reinventarnos: aprender, prepararnos más para poder dar más servicios, orientarnos más a lo online, al mundo web o incluso de las apps. 

Sabemos por eso lo duro que es evolucionar con los tiempos… porque hemos conocido a muchos clientes que luchan por seguir adelante con su proyecto, a veces de forma fluída y natural, otras veces como una lucha agónica. Por desgracia también hemos visto muchos proyectos que terminan y en estos suele darse un patrón: Hoy queremos hablaros de los pasos que ayudan a que los proyectos sean viables y duraderos.

Definir bien el alcance del proyecto

Podemos tener una buena idea, pero no tenerla bien definida. Empezar algún proyecto bajo esta premisa es un fracaso asegurado. Debemos tener claros todos los requisitos, funcionalidades, plazos… Dedicarle el tiempo en pensar y repensar la idea. Pedir feedback/opiniones (incluso bajo acuerdos de confidencialidad si fuera necesario, para cubrirnos las espaldas) esto nos ayudará a ver si el proyecto es viable o sólo es algo que nos ciega porque nos parece la mejor idea del mundo.

Antes de empezar ningún movimiento hay que tener todo muy “masticado”. Si tenemos todo bien planteado a la hora de dar el primer paso será todo más fluido y a la hora de tratar con proveedores, clientes y demás los tiempos y presupuestos se cumplirán. Si no se tiene bien planteado se tendrá que improvisar las soluciones y eso puede hacer que se nos vayan las cosas de las manos: que se eleven los presupuestos, que se complique la cosa a la hora de crecer o que los clientes no queden satisfechos, por poner algún ejemplo.

Crear un Plan de Negocios

El siguiente paso lógico, cuando tenemos un proyecto bien definido es crear un plan de negocios para que sea viable. Porque buenas ideas hay muchas, pero que se pueda sacar beneficio de eso es una cosa totalmente distinta. A menos que queramos crear algo como hobbie porque tenemos otra fuente de ingresos que permita invertir en el proyecto, tenemos que tener en mente que el obtener beneficios es lo principal para que nuestro negocio sea duradero en el tiempo.

El plan de negocios cuanto más detallado mejor. Hay algunas plantillas que pueden darnos alguna idea en internet, así como personas especializadas en estos documentos. Echadles un vistazo y en caso de duda, acudid a profesionales.

Cuenta con que seguramente el primer año (y en muchos casos incluso los 2-3 primeros años) nuestra empresa posiblemente no dará ganancias, sino que estaremos pagando la inversión inicial y cubriendo los costes de mantenimiento/trabajo. Tenemos que ser realistas y hacernos preguntas más allá del ¿Qué productos o servicios ofrecemos? Además de esto hay que pensar en: ¿De qué recursos disponemos? ¿Cómo podemos obtener más recursos si los necesitamos? ¿Cómo conseguiremos los clientes? ¿Cuáles son los pasos a seguir…?

Conocemos por desgracia demasiados casos que no han dado este paso, fiandose de su intuición, el resultado no hace falta que os lo digamos.

Un ejemplo clásico de hacer la empresa al tuntún, unos emprendedores que montan su negocio al lado de otro que se dedica exactamente a lo mismo, porque según ellos creen: ahí “se vende bien”. No tienen en cuenta estudios de ningún tipo, ni el impacto que tendrán dos tiendas tan cerca vendiendo lo mismo. Es una posible condena a su negocio y al de otros. Es posible que conozcas algún caso cerca de tu casa.

Tomarnos las cosas con calma, la urgencia es nuestra enemiga

No se puede pretender lanzar un proyecto en un mes -por poner una fecha-. Un mes seguramente es el tiempo en el que puedes hacer apuntes sobre tu proyecto, hacer un análisis DAFO, estudiar a tu competencia, redactar las funcionalidades, y tal vez, con suerte puedas hacer un borrador de plan de negocio. Pero un negocio necesita de un poco de barbecho, de recopilar información, pensar y meditar mucho. El ritmo te lo marcará el propio negocio y las necesidades únicas del mismo. La mejor metáfora es la de un embarazo: por mucho que se quiera tener un hijo cuanto antes, es necesario un tiempo de “preparacion” del cuerpo, no pretendamos que sean sólo 4 o 5 meses porque no funcionará, del mismo modo un proyecto necesita un tiempo de gestación.

Contar con ahorros/inversion

Hay que ser realistas en este punto. Las cosas cuestan. Sí suena a verdad de perogrullo, pero una inversión mínima siempre se tiene que hacer, aunque muchas personas tienden a ahorrar dinero haciendo ellos mismos algunas tareas, lo cual requiere más tiempo y en ocasiones no el resultado esperado.

Por ejemplo: es posible que necesitemos un gestor especializado en temas fiscales, es posible que dependiendo del negocio necesitemos tarjetas o flyers… por no hablar de un tema básico hoy en día como es tener una web aunque sea sólo como escaparate o “presencia online”. También algo de marketing digital, para que te conozcan en ese océano que es internet.

Lógicamente hay que pedir muchos presupuestos y conocer las necesidades que tenemos para solicitar lo que necesitamos. Algunos intentarán venderte más de lo que necesitas, siempre intenta pedir lo que se adapte a tu proyecto, pero que tenga vistas de crecer de forma realista si así lo hace tu proyecto.

Desconfía de los que te harán las cosas gratis. Conocemos demasiados casos de “la página me la estaba haciendo el hermano de mi cuñada que se hizo un curso web, pero después de un año no me la ha terminado”.

Aceptar la crítica/autocrítica

Otra cosa que suele afectar es estar cegados por nuestra idea ya que nuestro proyecto da mucha ilusión, pero como todo en esta vida no hay nada perfecto y para pulir los defectos o fallos están las pruebas, los tests, hablar con especialistas o clientes potenciales.

Está bien ver los pros, pero también los contras para poder mejorar. Sin volvernos tampoco locos, hay que saber a quién preguntar.

Estar en el sitio y momentos adecuados

Ya tenemos una idea, algo de capital, un plan de negocios sólido, tal vez socios, proveedores e incluso clientes… aún así hay un factor importante: estar en el sitio y momento adecuados. Puedes esforzarte mucho en algo pero tal vez no usaste el canal adecuado, o era demasiado pronto… es importante este punto, ser consciente de estar en ese punto óptimo para lanzar el proyecto. Esto puede ser meditado o ser cuestión de suerte, pero nunca está de más tenerlo en cuenta.

Si no es viable hay que saber decirle adiós

No seremos ni los primeros ni los últimos en tener un proyecto inacabado. Hay que ser realistas y saber si:

  • Nuestro proyecto necesita un cambio radical porque lleva mucho tiempo en el limbo o sin beneficios. Tal vez ese cambio sea tan radical que se acabe transforme en otro.
  • Nuestro proyecto tiene que ser aparcado un tiempo. Tal vez por un tiempo indefinido.
  • Nuestro proyecto no tiene futuro y tiene que terminarse.

Sea cual sea la opción tendremos que afrontarlo como un aprendizaje, no como un fracaso. Porque ese proyecto nos habrá enseñado mucho y si en un futuro queremos emprender de nuevo, sabremos qué pasos dar y cuáles no.

Ilusión

Y por último y no menos importante es la ilusión. Cuando haces algo con ilusión se nota, porque¨lo transmites sin darte cuenta y las personas que conocen tu proyecto seguramente les sorprenderá esa pasión y será más probable que destaques y tengas más posibilidades. No es lo único pero es importante.

A pesar de los tiempos tan duros hay que saber que si el proyecto lo merece podemos tirar de él, con tesón, trabajo y esperanza.

Así que, para terminar: a los que estáis pensando en lanzar un proyecto estos tiempos: mucho ánimo, se puede si se siguen los pasos, parece mucho pero no lo es tanto si se dan de forma ordenada.

A los que estáis atascados: mirad si podéis darle una vuelta para seguir con ello o si tenéis que dirigiros a otras posibilidades.

Recordad que el emprendimiento te lo pintan como algo muy bonito y gratificante, que lo es, pero no hay que olvidar la parte dura de esfuerzo y trabajo.

 

¡Feliz emprendimiento!

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